Sunday, December 30, 2012

There was every reason to believe that I was heading for trouble, that I'd would pushed my lucl a bit far.
I would broke every rule lived by, say yes to every damn drug, say no to every right path, terrifying the help.
The only hope now, I felt was the possibility that we'd gone to such success with our gig, that nobody in a position to bring the hammer down on us could believe it.
When you bring an act into this town you want to bring it heavy. Just go straight for the jugular get right into felonies. 
The mentally of this city is so grossly new that a really massive crime slides by unrecognized.

Sunday, December 2, 2012

Memorandum de un telo.

Creo que no hay momento mas vulnerable para una persona que cuando esta entrando a un telo. 
 Vas a coger. 
No vas a ver Los Simpsons. No vas a ver The big bang theory. No vas a jugar al poker y mucho menos vas tirarte una siesta. Vas a coger. Y eso, caro lector, lo sabe desde quien sea que este atrás de esa ventanita polarizada hasta el portero del edificio de la esquina. Lo sabes vos, lo saben todos. 
Una vez pago el turno, no hay vuelta. Entras en esa habitación y lo primero que ves es una cama de tres plazas alumbrada por una luz neón color azul en forma de rosa.
 No importa que sea tu primera vez en un hotel de esa clase, no importa si es con un flaco que conociste hace 5 horas o con tu novio desde hace 7 meses, llorar porque estas nerviosa de que entre un asesino y los mate mientras garchan no es aceptable.
 Estas ahí y despues de controlar algun que otro ataque de pánico asumis los hechos "algun dia iba a pasar", y antes de todo, como sos un poquito psicótica, corroboras si la puerta esta trabada de adentro. 
 Paso el primer polvo y te sacaste las dudas de como te veias mientras lo hacias gracias a los espejos que te rodeaban como pantallas de un reallity show, no fue grave, es mas, innovar estuvo bueno. Te reís. Se ríe. 
Pones la tele y evitas los canales porno. Ves la revistita de pedidos con distintas opciones. Pensas "Hay mujeres que se meten estas cosas" y rezas nunca estar tan necesitada como para ordenar un consolador con las medidas de la pantorrilla de un futbolista. 
 Termina el entre-tiempo, o como sea que lo llamen. Te vas bañar y encontras uno de esos jaboncitos tan simpaticos que alguna vez tus viejos te dijeron que se los habia traido un amigo de un viaje. Se cierra una parte de tu infancia. 
 Te lavas los dientes con un cepillito que ya viene con pasta envuelto en el plastiquito ese. Llega el momento de irse y pedis a Dios, a Ala, a Moises a Jesus y a Ghandi también, no encontrarte a nadie en el pasillo. Entregas la tarjeta al mismo ente que esta en la cabina polarizada. Y volves a rogar que nadie te vea saliendo del lugar. Te retiras y te reinsertas en la sociedad.